
Y para que podáis admirar el paisaje nos hemos agachado:

¿que pasa? ¿tampoco lo veis bien?, pues un primer plano para que apreciéis lo espectacular de las vistas:

Desde aquí nos hemos dirigido al campo de golf donde hemos repuesto las fuerzas en el restaurante, donde por cierto se estaba de muerte pues daba el solecito y los bocatas entraban solos.
Desde aquí nos hemos vuelto a la city por la carretera de la Roca, pero el día aún nos deparaba una sorpresa pues nos hemos encontrado con el amigo Jesús (el buzo) que volvía de una de sus correrías. Hemos inmortalizado el momento:

Y, nos hemos despedido, dando por finalizada una jornada bicicletera de las pocas que quedan (3), por lo que hay que aprovechar y quemar los últimos cartuchos.
Nos vemos en la próxima.
Manolo.